
El 2 de Agosto es una fecha cargada de significado histórico y cultural en diversos países latinoamericanos, donde la tierra y sus guardianes son honrados a través de la poesía y la reflexión.
Nos sumergiremos en el arte literario de autores destacados como Martín E. Guibarra L., Vicente Donoso Torres, Celso Montaño Balderrama, Antonio Ávila Jiménez y Samuel Aramayo G., quienes a través de sus versos han plasmado la esencia y la riqueza de las tradiciones agrarias y la vida en comunión con la naturaleza.
Cada poema aquí presente será un tributo a la historia de la Revolución Agraria, donde las voces de los poetas nos guiarán por los paisajes del campo, evocando los desafíos, sueños y esperanzas que han forjado el camino hacia un futuro más justo y sostenible.
Campesino
Martín E. Guibarra L.
Con un arado de plata
y la yunta de tu esfuerzo,
vas dejando en el surco
semillas de esperanza.
La oración de la lluvia,
los campos bendecirá;
de la humilde Pachamama,
la vida renacerá.
Entonces será tu gloria,
en el horizonte de tus ojos
una estrella florecerá,
y tu corazón noble fecundará.
¡Qué sublime tu destino,
hermano campesino!
En cada semilla del surco,
vuelve a hacer tu vida.
Campesino
Vicente Donoso Torres
¡Oh! Raza milenaria, grande y fuerte
cuál la planicie inmensa donde naces;
ni el tiempo ni el espacio son capaces
de clavarte sus garras que dan muerte.
Tiembla el pasado en las arrugas frías
de tu rostro tallado por el viento
y esculpido por tantas tiranías;
esperando con ansias el momento
en que concluyan tus amargos días,
para ser dueño de tu sentimiento.
Niño campesino
Celso Montaño Balderrama
Rueda que rueda
de la abuela la rueca
a la ronda, ronda
y en la mano la honda.
Charcos y ríos
pozos y estanques
los claros manantiales
son tus sueños y ensueños.
Niño campesino
de verdes ramas
que a tu juego me llamas
busquemos un mundo mejor.
A la ronda, ronda
a la rueda rueda
gira que gira y mira
el campo es tu hogar.
Campesina
Antonio Ávila Jiménez
Llevan las cinco del alta
cascabeles de cristal;
cinco estrellas
—cinco estrellas—
van recogiendo lo mies…
en el paisaje opalino
el indio, el perro y el buey
y en la casita trigueña la inquietud.
Sembrador
Samuel Aramayo G.
Sembrador, siembra tu grano!
que una mies lozana y rubia
brotará cuando el verano
se derramé en clara lluvia.
Sembrador que vas arando
con vuestra yunta jadeante
y en los surcos vas dejando
la semilla fecundante.
Ya cesó la cruel pelea
que marchitó tu sembrado.
Sembrador, a tu tarea
que la paz ha retornado.
Sembrador, mi buen amigo:
siembra granos, siembra flores,
porque el pan, nace del trigo
y el perfume, de las flores.
Sembrador de Esperanzas
Anónimo
En el rincón del campo, donde el sol se levanta,
bajo el cielo azul y la tierra fecunda,
un sembrador valiente, con manos calladas,
teje sueños dorados en la alborada.
Con su mirada serena y rostro curtido,
labra la tierra con amor compartido,
sembrando esperanzas con cada semilla,
cosechando anhelos, su vida sencilla.
En el día del campesino, su jornada inicia,
la voz de la tierra lo llama y lo guía,
con la Pachamama en su corazón,
cultiva su legado, su eterno rincón.
Con la fuerza ancestral que corre en sus venas,
teje historias de lucha, de sabias enseñanzas,
es el guardián de la naturaleza viva,
el alma del campo, del amor que motiva.
Hoy, en su día, al campesino honramos,
su esfuerzo, su esencia, sus sueños labramos,
con gratitud eterna y manos entrelazadas,
celebramos su legado, su esencia sagrada.
Canto del Trigo Dorado
Anónimo
Es el mes de la dicha y cosecha,
el trigo dorado tiñe la pradera,
es el día del campesino, día de nobleza,
que con manos valientes, la tierra siembra.
En el amanecer, el sol se despierta,
y el campesino en su labor se aferra,
bajo el cielo azul, la Pachamama abraza,
y con pasión, su ofrenda trabaja.
Con el surco trazado y la esperanza en alto,
el campesino avanza, sin pausa, sin alto,
con la tierra fecunda, sus sueños siembra,
cosechando vida, con amor que despierta.
El trigo dorado se mece en el viento,
es el canto del campo, el regalo del tiempo,
fruto del esfuerzo, del alma entregada,
del campesino fiel, alma enamorada.
En este día del campesino boliviano,
elevamos la voz en un cálido himno,
gracias por la labor, por el amor profundo,
eres el corazón del campo fecundo.
¡Oh, campesino noble, valiente y leal,
en tu honor cantamos, con gratitud y fe,
tu trabajo bendito, tu esencia eterna,
hoy y siempre, tu alma brilla y gobierna!
La poesía nos ha recordado la importancia de preservar nuestras raíces y de reconocer el inmenso valor de quienes trabajan incansablemente para proveernos de alimentos y cuidar de la tierra que sustenta nuestras vidas. Cada palabra ha sido una llamada a la reflexión, invitándonos a ser conscientes de la responsabilidad que tenemos como sociedad para proteger y apoyar a aquellos que dedican su existencia al cultivo y al cuidado de la naturaleza.
El compromiso de no olvidar nunca las historias y luchas que han dado lugar al Día de la Revolución Agraria, y de mantener viva la llama de la solidaridad hacia las comunidades agrícolas. Sigamos honrando la memoria de quienes han trabajado incansablemente por una vida más justa y equitativa en el campo, y continuemos apoyando iniciativas que promuevan un desarrollo sostenible y respetuoso con la naturaleza.
Reseña Histórica del 2 de agosto «Día de la Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria»
En la jornada del Día de la Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria, celebramos no solo el valioso aporte del sector campesino y pequeño productor a la economía, sino también su encomiable lucha social en busca de mejores condiciones de vida, tierra y derechos, sin dejar espacio para el Racismo y Discriminación.
Esta fecha emblemática, el 2 de agosto, encierra múltiples significados históricos para los productores campesinos bolivianos, marcando un recorrido de propuestas y cambios a lo largo del tiempo. Desde el gobierno de Germán Busch en 1937, cuando se instauró el Día del Indio mediante un Decreto Supremo, hasta la firma de la Reforma Agraria en 1953 en Ucureña, que devolvió las tierras individuales a los campesinos, esta fecha se ha ido cargando de simbolismo y reivindicaciones.
Un aspecto relevante en esta conmemoración es el homenaje al poeta guerrillero indígena Juan Huallparrimachi, quien falleció el 2 de agosto de 1815 durante la Guerra de la Independencia contra el colonialismo español. Su legado se convierte en una inspiración para la lucha por la liberación y los derechos de los pueblos indígenas.
Además, el 2 de agosto marca el inicio del mes de Pachamama, un período crucial para el agricultor campesino, ya que nuestras culturas ancestrales se han regido por la estacionalidad y la conexión sagrada con la madre tierra. Es un tiempo de ofrendas y agradecimiento, simbolizado por la ceremonia de «la huajt’a», donde se ofrece alimento y gratitud a la tierra que sustenta nuestras vidas.
En 2007, se instituyó oficialmente el Día Nacional de la Revolución Agraria Productiva y Comunitaria mediante un Decreto Supremo, honrando así la labor y las aspiraciones de quienes trabajan la tierra y contribuyen al crecimiento del país.
El legado de esta jornada se encuentra profundamente arraigado en la provincia Omasuyos del departamento de La Paz, donde en 1931 se fundó la primera escuela indígena en Warisata. Esta experiencia educativa emergió como un reflejo de la lucha por los derechos indígenas, en la que figuras como Avelino Siñani y Elizardo Pérez unieron esfuerzos para crear una institución que se conectara con las necesidades y el proyecto cultural y productivo de la comunidad.
Warisata se convirtió en un símbolo de resistencia, enfrentando constantes amenazas y calumnias de los grupos de poder que temían la superación y liberación indígena. Su existencia desafiaba el sistema feudal republicano que buscaba mantener el control y los privilegios de una casta criolla dominante. Sin embargo, la obra perseveró gracias a la voluntad colectiva y la determinación de proteger la cultura y la tierra.
El 2 de agosto se convierte entonces en una fecha de conmemoración y reivindicación, un día para honrar la lucha de nuestros pueblos, la búsqueda de igualdad en los derechos y la liberación de las opresiones que han marcado la historia. Un grito colectivo resuena en esta jornada, un grito de esperanza y unidad en favor de la justicia social y la equidad.
En este Día de la Revolución Agraria, gritemos juntos: ¡Viva el 2 de agosto! ¡Jallalla Bolivia y adelante! Sigamos honrando la memoria de aquellos que han luchado por un futuro más justo y sostenible, manteniendo viva la llama de la solidaridad y el respeto hacia las comunidades agrícolas. Que la poesía de nuestros autores y la historia de esta fecha nos inspiren a construir un mundo mejor, donde la tierra sea protegida y venerada como el regalo invaluable que es.